Los problemas de tiroides son entre 8 y 10 veces más frecuentes en las mujeres y aumentan a partir de los 40 años. Pero ¿qué es la tiroides? La función de la glándula tiroidea es la de producir hormonas y liberarlas al torrente sanguíneo para regular el metabolismo. Si los niveles de esta hormona son demasiado bajos o demasiado altos pueden afectar a casi cualquier órgano del cuerpo.
Esto sucede cuando hay un exceso en la producción de hormonas por la glándula tiroidea y se produce una aceleración del metabolismo que tiene graves consecuencias.
Algunos de los síntomas del hipertiroidismo son la pérdida del cabello, insomnio, irritabilidad, nerviosismo, taquicardias, sudor excesivo, pérdida de peso, músculos débiles, cambios en los ojos (los llamados ojos saltones), evacuaciones intestinales frecuentes o menor flujo en la menstruación y más espaciada.
El hipotiroidismo es más frecuente que el hipertiroidismo y se da cuando la tiroides produce menos hormonas de las necesarias, ralentizando el metabolismo.
Los síntomas, en este caso, son aumento de peso, intolerancia al frío, tendencia a los resfriados, cansancio, voz grave, piel seca y pálida, pérdida del cabello, uñas débiles, fallos de memoria, dificultad para concentrarse, depresión, estreñimiento, calambres, disminución del deseo sexual, infertilidad y abortos espontáneos. Es suficiente con que tengas algunos de ellos para que acudas a tu médico.
Los desequilibrios de la tiroides repercuten en la función de los ovarios y, por tanto, en la reproductiva. En el caso del hipotiroidismo se altera la ovulación y hay menos probabilidad de quedar embarazada. El hipertiroidismo no afecta a la fertilidad, pero sí al embarazo.
Es necesario seguir un tratamiento desde antes de la gestación para que no sufran daños ni el bebé, ni la madre. En ambos casos existe riesgo de aborto y requieren de un seguimiento endocrinológico.
Además de los síntomas de un problema de tiroides nombrados, que son los más frecuentes, existen otros provocados por el mal funcionamiento de la glándula tiroidea como el bocio, que es un aumento desproporcionado de tamaño de la glándula, nódulos en la garganta o, según la American Cancer Society, cáncer de tiroides. Con un diagnóstico temprano evitarás muchos problemas de salud y controlarás los niveles de producción de la tiroides.
Si eres mujer, debes hacerte revisiones cada cinco años a partir de los 50. Pero si tienes antecedentes familiares, debes hacerlas antes y con más frecuencia. Si crees que estás en riesgo de tener problemas con la tiroides y piensas embarazarte, acude a tu médico para que te diagnostique y te ponga en tratamiento si es necesario. Las pruebas diagnósticas son sencillas: palpación de la tiroides, análisis de sangre y ecografía.
0 comentarios:
Publicar un comentario