jueves, 22 de noviembre de 2018

no te aferres y sigue la corriente


 Resultado de imagen para No ir en contra de la corriente de la vida

Estamos condicionados a resolver nuestros conflictos de manera inconsciente, automáticamente, y basados en la resistencia a lo que es, añorando el pasado y anhelando el futuro, dejando escapar en esta corriente de pensamientos al único momento que existe, que es el momento presente.
¿Cómo podemos “aprender” a dejar fluir y no ir en contra de la corriente? 

 Y una buena decisión no siempre conlleva un resultado óptimo; pero una buena decisión es aquella donde podemos asumir las consecuencias con conciencia. Sucede que nuestro cerebro funciona al igual que cualquier musculo, en base al entrenamiento.


De manera clara lo que  tenemos es que entrenar a nuestro cerebro hacia la calma, hacia la ampliación de la conciencia. Este entrenamiento lo podemos hacer de manera muy sencilla, enfocando nuestra atención en la respiración. La respiración es la que nos conecta con el momento presente, y con la vida.

En éste recorrido largo  habrán tempestades, problemas, perdidas, que nos harán sentir tristeza y dolor.
El dolor es algo inevitable al caernos. Lo que sí es evitable es el sufrimiento de quedarnos revolcándonos en el lodo de lo que nos produjo dolor… porque la vida sigue fluyendo en un eterno presente.

Sabes que debemos  aceptar el momento actual como es. No lo podemos cambiar. Esto no es sinónimo de resignación o darse por vencido . Es darnos un respiró para que de manera consciente, y no automática, podamos tomar mejores decisiones. Decisiones tomadas basadas en un trato gentil hacia nosotros mismos básicamente.

Es como si en la película de nuestra vida, permaneciéramos dormidos en un ensueño de lo que sucedió o pudiera suceder. Al finalizar la película (porque esta película de nuestra vida tiene un final), no actuamos, no la perdimos.

 Si decidimos aferrarnos al pasado, nos quedamos estancados y al igual que el agua cuando se estanca, sin movimiento, nos hacemos rancios, tanto para nosotros mismos, como para los demás. Y nos perdemos el momento presente.

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