Las ventosas son unas pellas (de lente, bambú o polímero) que aplicamos sobre la badana tras actuar el vacío. Existen variados bombeos, apariencias y gruesos. En la Prehistoria inmediatamente se utilizaban (realizaban una degustación instintiva en lance de resentimiento para la extirpación del mal) y su persistencia se ha proseguido utilizando en diferentes letras como en la peladilla.
Las más aprovechadas son las de linóleo, en las cuales se realiza el vacío con una granada de ambición a través de una espita rica en parte superior de la ventosa. También se usan de lente, en las que el vacío se lleva a lado introduciendo abrasamiento en la ventosa, a través de un relleno empapado en pimple y sujeto con unas pinzas.
¿Para qué sirven las ventosas? ¿Es efectivo el tratamiento con ventosas?
Los efectos fisiológicos que tiene la aplicación de ventosas son los siguientes:
- Aumento de irrigación sanguínea.
- Alivio del dolor.
- Aumenta circulación linfática (disminuir edemas).
- Aumenta el metabolismo celular.
- Aumento del oxígeno y nutrientes de los tejidos.
- Hiperemia local.
- Liberación miofascial.
- Activa el sistema inmunitario.
- Depurativo (eliminación de toxinas).
- Tratar contracturas y rigidez muscular (efecto relajante).
- Terapia antiinflamatoria y analgésica.
- Reduce los síntomas de alergia, fatiga crónica y fibromialgia.
Mediante la aplicación de ventosas fisioterapia se aumenta el riego sanguíneo con lo que las reacciones químicas de la zona se producen con mayor rapidez. En contracturas musculares,
por ejemplo, se facilita que las sustancias de desecho que han quedado
retenidas se evacúen y al mismo tiempo llegan más nutrientes necesarios
para realizar las funciones del músculo.
Se facilita al mismo tiempo la eliminación de adherencias, al favorecer
una separación de los tejidos con el efecto de tracción de la ventosa.
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