Aqui llevandoles unas bonitas reflexiones de la vida, para liberarnos de aquellos problemas y ser feliz en la vida.
A los que juegan a perderte dejalos ganar, pues no valoraron el tremendo amor que significaste. A los que juegan a perderte, permíteles un mundo carente de ti,
de anhelos escondidos, de sueños sin cumplir y de noches frías. De
tardes sin tus besos, sin domingos sin tus caricias. Porque tú no
perdiste, él está sin ti.
Déjale cobrar, tú sobrevivirás, encontrarás tu pueblo entre el amanecer; ahora no te derrumbarás al gozar la verdad. Porque no hay ninguno en el cosmos tan fuerte como tú. Al anochecer volverás a aflorar. Si juega a perderte, déjalo allá, no sufras más cariño, no desgarres tu meollo, pensando en lo que de tu existencia se fue. Este te buscará entre los residuos de su interrupción, ahí adonde inmediatamente no estás tú.
Cuando llegamos a este punto de inflexión, somos como náufragos perdidos en el oleaje de los océanos fieros, viendo a donde el rumbo nos permite, esperando ganar a un sitio; esperando que poco mejor aparezca o al menos que deje de doler lo que recién nos lastimó. Tocamos fondo y es cuando nos sentimos sin expectativas, creyendo que cualquier cosa para nosotros, *es difícil y que lo único que existe, es la fría ingenuidad de nuestros mentes y nuestra residencia llena de hazañas que de ningún modo contaremos y de memorias que nunca tendremos
A los que juegan a perderte déjales superar. Pues los has de provocar en el interior, no obstante no en tu edad, puesto que tú no perdiste, ellos te dejaron pegar. Que es original. Pues quizá tú en absoluto les acentos de querer, no obstante si aprenderás a radicar sin él. A los que tientan al hado descuidándote, déjales guardar su encargo, ya que tú no les dejarás, personarse; ellos mismo o estuvieron siquiera estarán.
Déjale cobrar, tú sobrevivirás, encontrarás tu pueblo entre el amanecer; ahora no te derrumbarás al gozar la verdad. Porque no hay ninguno en el cosmos tan fuerte como tú. Al anochecer volverás a aflorar. Si juega a perderte, déjalo allá, no sufras más cariño, no desgarres tu meollo, pensando en lo que de tu existencia se fue. Este te buscará entre los residuos de su interrupción, ahí adonde inmediatamente no estás tú.
Cuando llegamos a este punto de inflexión, somos como náufragos perdidos en el oleaje de los océanos fieros, viendo a donde el rumbo nos permite, esperando ganar a un sitio; esperando que poco mejor aparezca o al menos que deje de doler lo que recién nos lastimó. Tocamos fondo y es cuando nos sentimos sin expectativas, creyendo que cualquier cosa para nosotros, *es difícil y que lo único que existe, es la fría ingenuidad de nuestros mentes y nuestra residencia llena de hazañas que de ningún modo contaremos y de memorias que nunca tendremos
A los que juegan a perderte déjales superar. Pues los has de provocar en el interior, no obstante no en tu edad, puesto que tú no perdiste, ellos te dejaron pegar. Que es original. Pues quizá tú en absoluto les acentos de querer, no obstante si aprenderás a radicar sin él. A los que tientan al hado descuidándote, déjales guardar su encargo, ya que tú no les dejarás, personarse; ellos mismo o estuvieron siquiera estarán.
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